Su búsqueda es infructuosa, o al menos esa es la conclusión de su mente. Sin embargo, el alcohol que lleva en la sangre es suficiente para empujarlo hacia su propia locura personal. El llamado de la nostalgia hace estragos en su cuerpo y en su alma. Solo quiere recuperar a su amada, tenerla entre sus brazos y para conseguirlo está dispuesto a enloquecer. Torpe y tambaleante comienza su recorrido. Curiosamente todos los accesos están abiertos. Quizá abiertos para él. Quizá no los ha visto todos. Quizá está siendo engañado.
Algo a considerar. El Viajero no tiene mucho tiempo. Trata de ignorar las palabras del desconocido en el bar. Trata de ignorar todo para concertarse únicamente en la búsqueda de su amor perdido.